19 de junio de 2025
El más reciente informe del Observatorio de Género del Valle (OGEN, abril 2025) presenta un panorama complejo: las violencias aumentan en gran parte del departamento, mientras en algunos territorios como el nuestro, las cifras disminuyen. ¿Significa eso que hay menos violencia? No necesariamente.
En el Valle del Cauca se registró un incremento del 90 % en casos de violencia intrafamiliar: de 1.321 en 2024 a 2.514 en 2025.
El 66 % de las víctimas son mujeres, y en el 35 % de los casos, el agresor fue su pareja.
Los casos de violencia sexual también aumentaron: 512 reportes en el Valle en 2025, un 7 % más que en 2024. El 53 % de las víctimas fueron menores de edad.
Aunque Buenaventura reporta una disminución numérica, esto no necesariamente refleja una reducción de la violencia. Muchas veces solo refleja el miedo o la falta de rutas claras para denunciar.
En cuanto a feminicidios, Buenaventura reportó 1 caso en 2025 (hasta abril), dentro de su propia residencia y con arma blanca.
Fuente: Informe de Violencias Basadas en Género del Valle del Cauca. Observatorio de Género – OGEN. Consejo de Seguridad, abril 2025.
En Buenaventura, hablar de violencias basadas en género no es solo contar lo que se ve, sino también lo que se oculta. Aunque las cifras de Buenaventura bajaron, eso no significa que haya menos violencia. Muchas mujeres no denuncian porque no confían en las instituciones, temen represalias o han aprendido a callar. Otras ni siquiera reconocen que lo que viven es violencia.
La falta de rutas claras de atención, el miedo a ser revictimizadas, la presión económica y el machismo cotidiano hacen que muchas agresiones nunca lleguen a una denuncia formal. En otros casos, se “resuelven en familia”, se silencian en comunidad o se normalizan con frases como “eso es un problema de pareja” o “ella lo provocó”.
La violencia psicológica, el control, el aislamiento, las amenazas o los chantajes emocionales son reales, pero no siempre dejan marcas visibles, por eso se invisibilizan con facilidad. Sin embargo, dejan heridas profundas.
En Manglaria sabemos que la violencia no siempre se ve, pero sí se siente. Por eso trabajamos desde lo comunitario para: